Quiero que pague por lo que me ha hecho, quiero que no pueda olvidarse de mí, quiero destrozar su vida, que no pueda levantar cabeza. A veces encontramos estas afirmaciones en una persona que está pasando por una ruptura. En la mirada de quien las pronuncia hay rabia, rencor, odio, y sed de venganza.
¿Eres tú uno o una de ellos? ¿Sientes que quieres acabar con tu vida? Pues querido, o querida, tengo que decirte que en una ruptura siempre pierdes algo, y por mucho que hagas no vas a salir de esta “ganando”, al menos no materialmente.
¿Quieres destrozarle? ¿Qué estás dispuesto a perder en esa lucha? En principio, estás perdiendo ya tus energías, puesto que en vez de pensar en recuperarte, en mirar al futuro, en pensar cómo quieres que sea el resto de tu vida, en reconstruir los pedazos de tu corazón, estás invirtiendo toda tu fuerza en una lucha encarnizada, dejando que corra por tus venas un tóxico veneno, tóxico especialmente para ti.
Probablemente en esa lucha también estés invirtiendo un dinero que posiblemente puede servirte para cosas mas útiles, al menos para ti, como unas vacaciones, que seguro que te hacen falta, o como mínimo en darte algún caprichito. Este es un momento para mimarte, probablemente sea uno de los momentos de tu vida en que mas lo necesites.
Asúmelo, la relación se ha terminado, y ponte en una postura madura, que te permita salir de esta situación. Mientras estás ocupado u ocupada en tu venganza, no estás saliendo del profundo agujero de la desesperación, sino que estás cada vez mas inmerso en él.
Piénsalo un momento, por favor, párate y piénsalo un momento. ¿Qué es mas importante para ti? ¿El dolor que puedas hacer sentir a tu expareja? ¿O tu propio bienestar? Ponlo en una balanza. En un lado estás tú, consumiéndote por tus deseos de venganza, y en el otro estás tú, siendo valiente, elegante, y constructivo, especialmente hacia tu propia vida. En el lado en que estás vengándote, puede que tu expareja también tenga sufra, o no, en el fondo no lo puedes controlar. En el lado que estás siendo valiente, puede que tu pareja no sufra, o sí, te recuerdo que no lo puedes controlar, porque si habéis roto ya no sois pareja, y el dolor de uno, no depende del otro, sino que depende de sí mismo.
Por lo que siendo objetivos, en una ruptura, solo hay una cosa de la que ocuparse y es de sobrevivir, y salir lo mejor parado posible, y si estás ocupado en acciones maquiavélicas, no te estás ocupando de lo que realmente importa: de ti mismo, de ti misma.
Adopta una postura de madurez, de responsabilidad contigo, y afronta lo que te está pasando, pero con acciones que te beneficien, que te hagan mejor persona, de las que en un futuro te sientas orgulloso. Acaba con ese veneno, eliminarlo de tus venas, solo depende de ti.
Comentarios recientes